En mi mundo los jamones venían de "Caráis", y el pollo frito había que comerlo con las manos. Un día alguien me dijo que las cosas no eran así y supongo que yo me deje llevar, para ser parte del conjunto.
Uno de los mayores cambios fueron los San Jacobos. Recuerdo en más de una ocasión, mencionar jocosamente la birria de San Jacobos que comía la gente, yo al estilo tradicional nos lo he hecho jamás. Y es que los San Jacobos del que era mi mundo, me molan mucho más. Hay por ahí unos plagiadores, que les llaman Cordon Bleu. ¿Pero a quien vais a creer a un puñado de franceses plagiadores o a mi? (Broma, jajajajajajaj...)
Es sencillo y admite multitud de acompañamientos. Yo en esta ocasión tengo a una querida comensal, a la que aprecio mucho, mi amiga Ley. Lo hemos pasado de rechupete, y sin duda volveremos a repetir la recetilla.
Espero que os gusten, Bon apetit!.
PREPARACIÓN
Se cogen unos filetitos finitos de pollo, procurando superponer partes lo más simétricas posibles.
A continuación se rellenan con lonchas finitas de jamón serrano y tranchetes o queso a elegir.
Se pasa por huevo y después por pan rallado.
Se fríen y se les echa sal.
En esta ocasión los hemos acompañado de unas patatitas a lo pobre y tapitas varias.